viernes, 28 de diciembre de 2007

Reinventarse

RenacerHace poco escuché a una amiga que estaba en una actitud de reinventarse. Después de poco andar sus cambios han sido notorios en relación a la persona que un tiempo conocí a la que estoy conociendo ahora. No me toca juzgar si estos cambios son para bien o para mal ya que hace tiempo que aprendí a no tener expectativas sobre las personas y prefiero aceptar a mis amigos incondicionalmente sabiendo que los sucesos caen por su propio peso. Además, como se acerca el fin de año y, a pesar de que es una fecha como cualquier otra y el tiempo no se detendrá a esperarnos, es imposible no hacerse una instrospección de lo realizado en el presente año y proyectarse a lo que uno quiere hacer en el nuevo periodo que se avecina. Y me llama la atención este concepto: reinventarse.

Entonces, con mi poco conocimiento de psicología pero con alma de filósofo, empiezo a pensar en lo que esto significa para una persona. ¿Porqué querría reinventarme? Será porque me he dado cuenta de que soy responsable de mi propia vida y que debido a decisiones equivocadas no he tenido los resultados que quisiera tener, por lo tanto quisiera reformular algunas actitudes y maneras de enfrentar la vida para enderezar el camino forjado. Tal vez me he conocido y no me gusta como me he visto por lo que espero cambiar mi perfil por uno que si me deje conforme o me ayude a vivir mejor. O quizás me va bien con las experiencias y resultados que me han tocado vivir y quiero ser más ambicioso en exprimir el delicioso jugo de la vida. Cualquiera sea el caso, es un cambio brusco y quien ha decidido hacerlo es una persona valiente que está enfrentando la vida como mejor le parece. Dicen que este mundo no es para conformistas. Lo decía el profesor John Keating en la "Sociedad de los Poetas Muertos": "¡Haced que vuestras vidas sean extraordinarias!", mientras hacía alusión a "buscar la médula de la vida".

Ahora, ¿cómo puedo reinventarme? Esto si que es complicado. Pienso que nuestra escencia, nuestra personalidad, nuestra visión sobre el amor, la amistad y la vida, nuestro "todo" es como una gran estructura que hemos construido en base a nuestras experiencias y que está siempre inconclusa, por supuesto. Para reinventarnos tenemos que deconstruir esta estructura para volver a construir una nueva. Esto es necesario porque sino el concepto de re-inventarse no aplica. Poco obtendríamos utilizando la bola de demolición para destruir esta estructura y tratar de construir sobre nuestras ruinas, porque en el plano de las vivencias (proceso de madurar) no podemos eliminar tan facilmente los escombros ni tampoco podemos engañarnos metiéndolos debajo de la alfombra. El propio Keating mencionaba que en nuestro afán de buscar la médula de la vida no hay que romper el hueso, algo que normalmente se olvida. Lo más probable que después de la devastación ya no sepamos porqué la provocamos y más de alguien puede quedar herido bajo los muros. Uno es como es, independiente de las actitudes con las cuales enfrenta la vida. Es como el nuevo DT de un equipo de fútbol que puede elegir su equipo y por supuesto que quiere a Ronaldinho, Kaká y todas esas estrellas mundiales, pero no puede porque tiene que atenerse a las posibilidades del club que lo contrató. Hay que tratar de hacer lo mejor con lo que se tiene. Entonces, el trabajo de deconstrucción (si, todo cambio requiere trabajo; W) comienza por conocerse a si mismo y darse cuenta de cuáles son las características que deseo mantener, cuáles no y con cuáles definitivamente debo aprender a vivir (características = virtudes y/o defectos).

Tal vez yo podría estar toda mi vida tratando de conocerme sin darme cuenta que permanentemente estoy updateando los datos según los cambios y que al fin no lograré nunca dar con mi propia escencia hasta que mi propio nivel de autoconocimiento me diga "basta, hasta aquí no más llegamos, esto es todo lo que podemos hacer por nosotros, eduquemos a nuestros jóvenes y dejemos algo en esta tierra". Luego, en el caso ideal, serán los jóvenes los que deberán seguir mejorando.

Al final, ¿necesito reinventarme?. Según mi juicio y muy en lo personal, lo que realmente me llama la atención es la deconstrucción, es decir, el autoconocimiento. Me imagino al relojero desarmando el mecanismo de un reloj mecánico y ordenando todas aquellas piececillas con delicadeza. Conociendo todos los engranajes, palancas, resortes, tornillos micrométricos y su función dentro del tren de fuerzas y vectores que trabajan para lograr una correcta medición del tiempo. Una vez conocidas todas estas piezas, una vez seamos expertos, entonces armar, desarmar, corregir o reparar, puede ser mucho más fácil, ¿no crees?


MTM