jueves, 26 de noviembre de 2009

La Mujer del Mar

"Imaro tenía el espíritu de un explorador..."

La Mujer del MarAsí empieza el cuento que postulé para el concurso de Cuento y Poesía para el Bicentenario. La verdad me gustó mucho como quedó el cuento pero honestamente no lo veía como ganador. Así lo ratificaron los resultados del concurso, así que raudamente publiqué el cuento en este blog para la lectura de mis familiares y amigos habituales.

Pero el tema no terminó aqui. Hace un par de días me llegó una carta con el sello Bicentenario, causando mi inmediata curiosidad. Contenía una invitación a la ceremonia de premiación del concurso. Pensé que la carta era enviada a todos los concursantes, así que llamé a mi hermana que también había participado con un fantástico cuento llamado "Quebrantadores de Conciencia" y me confirmó que a ella no le habían enviado invitación. Lo primero que pensé es que mi cuento podría haber sido preseleccionado como finalista, pero traté de anular esas expectativas para no decepcionarme si al final resultaba ser falsa alarma.

Entonces, como la premiación era día laboral a media mañana, le derivé la invitación a mi hermana para que fuera en mi lugar a la ceremonia... y ahí estuvo hoy en la mañana para enterarse que efectivamente mi cuento "La Mujer del Mar" si fue seleccionado como finalista por lo que será publicado en una antología del Bicentenario. Como se imaginarán, no caigo en mi felicidad por estar entre los 7 u 8 primeros de un universo de 500 cuentos participantes. Es un remezón que me motiva a escribir mucho más de esto y lo que me gusta. Tengo tantas ideas y formas dando vuelta en mi mente que siempre he pensado que en algún momento debo volcarlas al papel, de alguna u otra manera.

Es también por este motivo que he decidio bajar el cuento del blog hasta que se publique esta Antología. Luego seguramente volverá a estar a disposición como el resto de mis publicaciones.

Saludos y gracias por darse una vuelta de vez en cuando por aquí aunque en estas Tierras Profanas se viva en la soledad y lejanía.

Sinopsis:
Un joven piloto espacial chileno espera impaciente los análisis preliminares sobre un desconocido planeta que debe explorar. Mientras tanto la memoria virtual de su tatarabuelo le hace compañía contándole viejas anécdotas de su vida en la Tierra. Ninguno de ellos saben lo que están a punto de descubrir.


Marcelo TM

martes, 10 de marzo de 2009

Arael de los pájaros

Dedicado con amor a mi hermana Connie...

"¿Quién soy?, ¿dónde estoy?... Mi visión está borrosa y un montón de sensaciones extrañas me invaden el cuerpo. No puedo dejar de temblar. Trato de no hacerlo pero es imposible. Mi piel se eriza. ¿Qué es esto?. ...siento miedo, siento dolor. ¿Estoy llorando?. Añoro algo que he perdido. Padezco una sensación de encierro y claustrofobia. Trato de moverme pero mis músculos y huesos están tullidos, quejumbrosos. Quiero gritar y solo salen lastimosos gemidos de mi garganta. Quiero huir. Quiero volar y expandirme, pero no puedo.
Dios mío, ¿acaso esto es ser humano?."

Las nubes surcan rápidamente el cielo empapado de tonos grises azulados. En el aire se escuchan cantos divinos. Música de las esferas. Ahí está él, rodeado de un aura de amor rojiza. Sus movimientos son suaves, como fuera de este tiempo. Es un ser divino y al verlo he recordado porqué estoy aquí. Su amor me tranquiliza. Sigue cantando en tonos imposibles y celestiales. Como miles de voces provenientes de un profundo abismo que en diferentes y desconocidos dialectos me entregan su mensaje definitivo. Majestuoso el serafín expande su alas etéreas y, como un hermoso dragón envuelto en llamas escarlatas, se eleva y desaparece en el cielo justo hacia donde el sol comenzaba a salir.

Durante tres años he viajado por el mundo de los hombres aprendiendo de sus costumbres, de su visión de la vida y sus sentimientos. Siempre buscando el lugar correcto y a las personas correctas.

Los Caídos también han adoptado cuerpos mortales y me persiguen desde el día de mi llegada. Quieren lo que estoy protegiendo. He tenido que luchar contra aquellos que alguna vez fueron mis hermanos y que debido a su vanidad y deseo de poder se han revelado a nuestro Padre. Con profunda tristeza los he visto morir a cada uno de ellos... ¡si tan solo entendieran los actos de Dios!. Cada día lloro y rezo por sus almas antes de proseguir mi búsqueda.

Fue un día que caminaba por un parque de diversiones, deleitándome con la alegría de los niños, cuando recibí la señal de las aves. Una bandada de pájaros pasó a través de mi sin tocarme. Sentí sus aleteos y los vórtices de aire bajo sus alas. Me impregné de su maravilla y sentí el susurro de su nombre en el paso fugaz de las aves. Me dirigí al gran tobogán que como un pequeño arco iris sinusoidal bajaba la alegría del público. En la cúspide estaba un padre acomodando a su hija de seis años entre sus piernas y la alfombra deslizante. Abajo encaramado de la reja el hijo menor gritaba para darles ánimo. Más atrás una mujer embarazada se volteó y me miró directo a los ojos. Su ángel interior tomó posesión de la mujer. Ella tomó mi mano y la posó en su vientre. El mensaje de Dios pasó directamente a la criatura que en su pureza lo cogió en su sueño.

De pronto un hombre desconocido me aferró por detrás y me forzó hacia unos espesos matorrales del parque. Vi los furiosos ojos del ángel caído hablando violentamente usando palabras blasfemas mientras me enterraba la daga en el pecho. Sentí dolor y un terror como nunca antes lo había sentido. ¿Acaso te he fallado Arael?

En mi agonía pude ver un grupo de policías tratando de controlar al loco que me había asesinado y más atrás, ajeno de todo el alboroto, un niño con el aura del dragón escarlata del serafín. Tan solo con su mirada pudo transmitirme que protegería a su hermana y estaría con ella toda la vida. Entonces el dolor y la falta de respiración ya era lo de menos... tan solo quedaba encontrarme con mi Padre.

El tiempo en el paraíso no transcurre como en la tierra, aunque mi experiencia como humano me ha hecho cambiar mi perspectiva de la realidad. He visto crecer a Arael, desde su niñez jugando con “seres imaginarios” hasta una adolescencia rebelde y desafiante. En los hados evoco su imagen sonriente para alegrar mi servicio en el trono del Señor. Disfruto mencionando su nombre en todos los idiomas simultáneamente, acto que provoca vibraciones que han despertado la curiosidad de los más altos serafines. Es el nombre de aquella mujer por quién sufrí el dolor de la muerte.

Ahora ella se enfrenta a un mundo difícil. Un mundo donde debe emerger por sí misma y donde debe trabajar y esforzarse. Debe sufrir, caer y levantarse. Nunca Dios ni los demás ángeles me contaron porqué era importante proteger su alma.

Otros ángeles están ahora con ella y aún rondan los caídos en su falso entendimiento del destino. Un rumbo que al final no depende de ninguno de los bandos celestiales, sino de la decisión y libertad del propio ser humano.

He escrito canciones inspiradas en “Arael de los pájaros”, como la llamo, y extrañamente a veces lloro por ella. Creo que la nostalgia es el único rasgo que heredé de los humanos, porque el amor que siento es divino.

martes, 24 de febrero de 2009

Libros 2008 - 2º Parte

Junio:
"Captando Genomas" (2002) - Lynn Margulis, Dorion Sagan. Kairós.

Esta no es una novela sino un libro de divulgación científica que trata de una teoría sobre el origen de las especies complementaria a la postulada por Charles Darwin (selección natural) y contraria a la aportada por los neodarwinistas (selección natural más mutación genética aleatoria). Lynn Margulis, en colaboración con su hijo Dorion Sagan, postula la teoría de la simbiogénesis que trata básicamente sobre la interacción y asociación de individuos “menores” que en colaboración generan individuos “superiores”. Esta teoría tiene muchos seguidores y, por supuesto, muchos detractores también, que regularmente discuten y defienden sus conceptos casi religiosamente.
En definitiva, un muy interesante libro con ideas muy llamativas sobre las especies, el planeta y la vida en general dentro del cual he encontrado conceptos fascinantes.

Julio:
"Las Nieblas de Avalón" (1982) - Marion Zimmer Bradley, Salamandra.

Hace mucho tiempo le tenía ganas a este libro porque siempre me ha interesado profundamente la leyenda del rey Arturo y porque en un viaje fortuito hace algunos años a Concepción me tocó ver en el bus parte de la adaptación de esta obra a la televisión. Pero este libro no es uno más de los que trata el mundo artúrico, sino que lo hace completamente desde la perspectiva femenina de la historia, es decir, Morgana, Ginebra, la Dama del Lago y las demás mujeres que tuvieron importante participación en la leyenda.
Este es un libro bastante extenso y relata la historia desde la gestación de Morgana y Arturo hasta su propia muerte y está dividido en cuatro partes (afortunadamente la editorial no lo ha dividido en cuatro volúmenes). Así que la novela te sumerge en este mágico mundo de la tradición Celta justo cuando el cristianismo hace su embestida en Gran Bretaña y la Dama del Lago junto a Merlín deben asegurarse que el nuevo rey pueda ser fiel a ambas creencias. En definitiva, una historia maravillosa con muchas manipulaciones e intrigas, muy bien documentada y con un contenido simbólico enorme. Más que recomendarla diría que es lectura obligada :-)

Septiembre:
"El Púgil" (2008) - Mike Wilson. Forja.

Este es mi reencuentro con la literatura nacional, aunque un poco esquivo ya que Mike Wilson es medio gringo, argentino y chileno, pero bueno, dentro de la emergente ciencia ficción local uno de los títulos más comentados en estos momentos es “El Púgil”. La historia comienza justo en el fin de la carrera de un boxeador llamado Art que en medio de una pelea, y sin razón aparente, termina llorando de rodillas al centro del ring. Los días posteriores al evento son muy extraños ya que el refrigerador le empieza a hablar Art y le pide que le haga una serie de favores para poder completar su verdadera forma de androide. Aquí es cuando la realidad ya no se puede distinguir de la fantasía y Art vivirá una seguidilla de experiencias con extraños personajes en un Buenos Aires surrealista movilizado por una voluntad desconocida.
La novela es un campo minado con infinidad de elementos de la imaginería local y multitud de referencias al cine, cómic, juegos de rol y culturas retro y pop. Demasiadas para mi gusto, ya que al final terminé cansándome del asunto, opacando lo que encuentro una buena novela.

Septiembre:
"El Número Kaifman" (2006) - Francisco Ortega. Planeta.

Continuando con lo nacional, me volqué en este libro del mediático Francisco Ortega. La primera vez que lo vi pensé que ésta era la respuesta chilena al Código Da Vinci (2003 - Dan Brown) y en lo general podría confirmar que es acertado. Es decir, es una novela de suspenso, con elementos esotéricos y teorías de conspiración a través de sociedades secretas.
La historia trata de Paul Kaifman, un abogado que de pronto se ve involucrado en los asuntos de una poderosa logia secreta, cuyos miembros están reuniendo viejos tractores alemanes repartidos en el sur de Chile y Argentina, máquinas que contendrían un terrible secreto en sus números de serie. Paul tiene en su poder un I-Pod que le deja su hermano y que contiene información relevante para este grupo lo que convierte a Kaifman en su principal objetivo. Prácticamente dejándose llevar por los acontecimientos, Paul descubrirá muchos de los secretos que se esconden tras esta operación de recuperación de tractores. Secretos que van desde los “reales” objetivos de EEUU, del Tercer Reich y del Vaticano, hasta la existencia de la Ciudad de los Césares y naves extraterrestres.
Es un buen libro de aventuras que posee mucha información, pero poca profundidad en ello, lo cual es punto débil. Además el final me pareció demasiado apresurado (como que le faltó trabajo). Pero para quienes les guste la conspiranoia, está pintado.

Septiembre:
"Trinidad" (2006) - Jorge Baradit. Ediciones B.

Trinidad es la ganadora del UPC XVI (2006) y escrita por el chileno Jorge Baradit. Esta novela corta está compuesta por tres historias autoconclusivas y, como es común en Baradit, todas están protagonizadas por mujeres. La primera es Mariana, la misma protagonista de su exitoso Ygdrasil en una misión de asesinato previa. La segunda es Angélica, una niña IA que posee información muy importante pero que no entiende lo que le pasa. La tercera es Magdalena, una policía que en una investigación se topa con verdades que no debería haber encontrado. El hilo conductor entre las tres historias es el proyecto “Ciudadanía del Ciberespacio” que tiene misteriosos proyectos subyacentes como el traer entidades malignas del pasado.
Es una genial novela corta con todo el estilo y la crudeza inconfundible de Baradit que lejos es lo mejor que existe en el fantástico nacional actual y que además sigue produciendo con fuerza.

Ver Libros 2008 - 1º Parte

Ver Libros 2008 - 3º Parte

lunes, 23 de febrero de 2009

Libros 2008 - 1º Parte

Febrero:
"La Caída de Hyperion" (1990) - Dan Simmons. Byblos.

Brillante continuación de “Hyperion” en donde concluye el viaje de los peregrinos elegidos para investigar la problemática de las Tumbas del Tiempo. Aquí se revelan todas las facciones involucradas en el intento de aniquilación de la civilización humana por parte de las IA’s y el encuentro con los enigmáticos Éxter, humanos quienes hace muchísimo tiempo se revelaron a someterse a la tecnología entregada por la IA. La guerra es casi inevitable y queda poco tiempo para que se abran las Tumbas del Tiempo, los peregrinos se enfrenten al Alcaudón y el momento de inflexión del universo ocurra.
Una maravillosa historia de aventuras fantásticas, con muchos misterios que van develándose y llena de elementos que hacen alucinar. Fue ganadora del premio Locus en 1991 y finalista del Hugo y del Nébula.
La novela se puede leer por si sola, pero sugiero leer “Hyperion” antes. El universo completo se llama “Los Cantos de Hyperion” y finaliza con “Endymion” (1996) y “El Ascenso de Endymion" (1997).

Marzo:
"El Hombre Vacío" (1992) - Dan Simmons. Ediciones B.

Siguiendo con la línea de Dan Simmons, casi por casualidad, leí esta novela después de “Hyperion” y “La Caída de Hyperion” y me encontré con algo absolutamente distinto. Esta historia trata de Jeremy, un profesor de matemáticas que posee una especie de telepatía. Durante muchos años sufrió con esta cualidad que le permitía “escuchar” la mente de todas la personas cuyo “ruido” llegaba a enloquecerlo. Un día conoció a Gail, una chica también telépata de la cual se enamora. Juntos logran controlar los problemas de la telepatía logrando ser felices hasta que un día Gail muere, lo cual hace que Jeremy se enfrente con sus viejos fantasmas y debilidades, además de difíciles y siniestras situaciones.
Dentro del contexto general de la novela se tratan temas como la teoría de la realidad, los fractales y el principio mental del universo. Muy interesante y recomendable, pero nunca al nivel de las dos anteriores comentadas del mismo autor.

Abril:
"El Rey de los Bufones" (2003) - Tanja Kinkel. Ediciones B.

Historia inspirada en La Historia Sin Fin (1979) de Michael Ende en la cual se cuenta la historia de Res, una joven tejedora de tapices en Siridom, se entera de que el reino de Fantasía está en peligro porque la Nada está devorando todo a su paso, pero al parecer en su pueblo a nadie le importa. Investigando la historia tejida en viejos tapices se entera que esto había sucedido antes y que entonces un valiente rey había salvado el mundo. Res decide emprender un peligroso viaje junto a un interesado gato que también huye de la Nada para tratar de encontrar a este rey, tal vez la única oportunidad de Fantasía.
Esta historia corre en paralelo a La Historia Sin Fin, a la aventura del héroe Atreyu y su imagen en el mundo real a través de Bastián tratando de salvar a Fantasía y a la Emperatriz Infantil. Ambas historias que a pesar de que se consideran como lectura para niños, son igual de interesantes para los adultos, sobre todo por su alto contenido simbólico.

Abril:
"Ubik" (1969) - Philip K. Dick. La Factoría de Ideas.

Mi primer acercamiento con Philip K. Dick el famoso escritor norteamericano autor de muchas historias que han inspirado el cine de ciencia ficción tales como Blade Runner en 1982 (“Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas” - 1968), Total Recall en 1990 (“Podemos Recordarlo Todo por Usted” – 1966) y Minority Report en 2002 (“El Informe de la Minoría” – 1956), entre otras (ver todas aquí). Ubik está entre sus obras selectas según los expertos y por eso la escogí como mi primera novela de Dick y la verdad me encantó. Debo reconocer que no me gustan mucho las historia surrealistas pero Ubik me hizo cambiar de idea.
La novela trata de un grupo de telépatas y psíquicos con grandes poderes que viajan a una misión en la luna, donde nada será como todos creen. En un incidente muere Glenn Runciter, el jefe del grupo, y Joe Chip, su mano derecha, y el resto del grupo vuelve con el cuerpo a la tierra para tratar de salvar su espíritu, pero empiezan a vivir extraños sucesos. La realidad sufre una especie de regresión mientras Glenn Runciter trata de comunicarse con ellos desde el más allá. Uno a uno de los compañeros de Joe Chip empiezan a morir y el único modo de salvarse es rociándose con un aerosol llamado Ubik, sucesos que lo hacen sospechar de que en realidad el muerto no sea Runciter, sino todos los demás.
Un libro alucinante que no sigue ninguna línea definida y que sorprende en cada capítulo. Muy recomendable.

Mayo:
"La Ley del Amor" (1995) - Laura Esquivel. Three Rivers Press (Random House Mondadori)

Laura Esquivel, autora de la famosísima “Como Agua Para Chocolate” (1989) nos presenta esta vez una historia de amor cósmica situada en el futuro, protagonizada por Azucena, una astroanalista (especie de psicóloga del karma) que al fin alcanza el nivel espiritual suficiente como para conocer a su alma gemela, Rodrigo, pero que después de una noche de pasión desaparece. Entonces Azucena decide ir en su búsqueda a través del cosmos y de 14.000 vidas en una aventura en que será acompañada de pintorescos personajes, todos con sus asuntos pendientes en sus vidas pasadas. Lo especial de este libro es que viene acompañado de un CD con una banda sonora que debe ser escuchada en lugares específicos de la historia en donde se pueden apreciar imágenes de cómic que complementan una más que interesante y entretenida historia de amor.
El mensaje final de la “Ley del Amor” es muy bello. Por favor no comparar con “Como Agua Para Chocolate” porque no tiene nada que ver con esta.

Ver Libros 2008 - 2º Parte

Ver Libros 2008 - 3º Parte

viernes, 13 de febrero de 2009

Un Incendio en mi Pecho

Amor que quema
Paula, hoy te vi, ¿recuerdas?. Venías saliendo de la ducha y tu alegría era evidente. Yo estaba en el living de tu casa esperando que la Coté viera su negocio de los perfumes con la tía Silvia. Me miraste con esos ojos brillantes y sonrientes mientras te refregabas el pelo con la toalla con ese tipo de mirada que consideraría picarona si no te conociera tan bien. No, yo ya era capaz de descifrar esa mirada: era de contenta. Quise soñar e imaginé que el motivo principal de esa alegría era precisamente mi llegada. Fantaseé con la posibilidad de recibirte en mis brazos, arrancarte la toalla y amarte en ese mismo momento, en el sofá, en la alfombra. Entonces un frío golpe de adrenalina me estremeció desde los pies hasta la garganta, como cada vez que me acerco a ti para saludarte. Es un sentimiento incontrolable, instintivo y que trato de evocar en cada una de mis noches de soledad cuando la razón entra al juego diciéndome que te olvide, que tú no eres mi territorio.

Aún tengo la imagen del día en que te conocí. Mi hermano Carlos te presentó como su polola después de un par de semanas de que se reencontraran por Facebook. A decir verdad yo no te recuerdo desde la época del colegio de mi hermano, tal vez porque yo era muy chico en ese entonces y mi interés estaba más concentrado en las luchas de Gokú y los Caballeros del Zodíaco que en las chicas, pero cuando nos presentaron ese día, tan solo cinco años después, me deslumbré. Una chispa se encendió en mi.

Al principio pensé que ese sentimiento era algo momentáneo producto de la revolución hormonal de la adolescencia y que pasaría con el tiempo, pero no. Fue algo que fue creciendo y creciendo, alimentándose con cada destello de tus ojos pardos y tu risa contagiosa, nutriéndose de las largas conversaciones sostenidas y tu sentido moral íntegro, avivándose cada vez que tus movimientos dejaban apreciar algunos ribetes de piel en tus pechos y en tu vientre. Incrementándose en vaivenes de una sensualidad tan densa que podía olerla.

Este amor es como un incendio que se ha extendido sin control dentro de mi pecho y que no se detuvo con tu matrimonio con Carlos, ni con el nacimiento de Catalina. Te acompañé en aquella boda más que a mi propio hermano y luego te acaricié el vientre amándote y deseando que mi sobrina fuera nuestra hija. Ese fuego me ha ido quemando año tras año y me destruye y me duele, cada día más.

Te amo Paula y te juro que no me puedo imaginar cómo es que este sentimiento tan bello puede hacerme sufrir tanto que no puedo contener las lágrimas cuando te veo feliz con mi hermano al cual puedo llegar a odiar por no amarte con la pasión y devoción que te mereces. Vivo con el miedo permanente a que mi adoración por ti se haga evidente al punto de obtener el repudio de mi familia por esta pasión prohibida.

Después de casi diez años ya te conozco muy bien, sé que amas a tu familia y esa fidelidad y dedicación a ella no ha logrado más que admiración de mi parte. Revelar mi amor por ti, intentar seducirte o iniciar cualquier artificio para tenerte, no conseguiría otra cosa que corromper tu divina personalidad y destruir lo que siempre he amado de ti. No me atrevería jamás a hacer algo así.

Hoy, como cada vez que vengo a verte, debo contenerme de expresar mi secreto y me resigno con soñar realidades paralelas donde tú y yo somos felices. Sobre todo hoy, que ha sido la última vez.

Me voy, mi adorada Paula. Viajo a España a continuar con mis estudios universitarios. Si todo va bien pienso proyectarme y establecerme allá, muy lejos de ti.

Esta carta la escribo como desahogo y pronto la quemaré.

Ojala que mi amor por ti pudiera consumirse igual de rápido como lo hará este papel.

Javier

viernes, 9 de enero de 2009

Taliesin

Nacimiento de Taliesin
Soy el primero de los bardos ante Elphin,
y mi patria es el país de las estrellas del verano.
En su día me llamaba Merlín
Y hoy me llamo Taliesin.

He estado en el Cielo y en el Infierno
Estuve con Noé, durante la construcción del arca
Conozco los nombres de todas las estrellas
pero yo sigo siendo una maravilla inexplicada.

He tomado todas las formas posibles,
Estuve muerto y a la vez vivo,
Seguiré en la tierra hasta el juicio final,
Nadie sabe si soy pescado o carne

Fui llevado durante nueve meses,
en el vientre de la bruja Cerridwen
Entonces me conocían como el pequeño Gwyon

Pero ahora soy Taliesin.


Fuente: Taliesin en Wikipedia.

martes, 6 de enero de 2009

Ballard y la ciencia ficción

Introducción: Este es un fragmento del prólogo de la novela Crash, ambos escritos por J. G. Ballard en el cual el autor hace una especie de defensa a la ciencia ficción que me pareció muy interesante compartir.

  • Publicado por primera vez en la edición francesa, Calmann-Lévy, 1974.

  • Transcrito de la tercera reimpresión de la edición en español, Minotauro, 1996.


  • Ballard en CrashEl matrimonio de la razón y la pesadilla que dominó el siglo XX ha engendrado un mundo cada vez más ambiguo. Los espectros de siniestras tecnologías y los sueños que el dinero puede comprar se mueven en un paisaje de comunicaciones. El armamento tecnológico y los anuncios de bebidas gaseosas coexisten en un dominio de luces enceguecedoras gobernado por la publicidad y los seudo acontecimientos, la ciencia y la pornografía. Los leitmotive gemelos de este siglo, el sexo y la paranoia, presiden nuestras existencias. El júbilo de McLuhan frente a los mosaicos de información ultrarrápida no basta para que olvidemos el profundo pesimismo de Freud en El malestar en la cultura. El voyeurismo, la insatisfacción, la puerilidad de nuestros sueños y aspiraciones, todas estas enfermedades de la psique han culminado hasta ahora en la víctima más aterradora de nuestra época: la muerte del afecto.

    Este abandono del sentimiento y la emoción ha preparado el camino a nuestros placeres más tiernos y reales: en las excitaciones provocadas por el sufrimiento y la mutilación; en el sexo como una arena ideal –semejante a un cultivo de pus estéril- para todas las verónicas de nuestras perversiones; en la prosecución de un juego que no nos compromete moralmente: nuestra propia psicopatología; en nuestro poder de conceptualización, en apariencia ilimitado. Nuestros hijos tienen menos que temer de los coches en las autopistas del mañana que del placer con que calculamos sus muertes futuras de acuerdo con los parámetros más elegantes.

    Mostrar los dudosos encantos de la existencia en este glauco paraíso se ha convertido cada vez más en una función propia de la ciencia ficción. Creo con firmeza que la CF, considerada a menudo un mero retoño, es al contrario la principal tradición de una respuesta de la imaginación frente a la ciencia y la tecnología y que corre en una línea ininterrumpida de H. G. Wells, Aldous Huxley, y los autores norteamericanos modernos de ciencia ficción, hasta los innovadores de hoy, como William Burroughs.

    El “hecho” capital del siglo XX es la aparición del concepto de posibilidad ilimitada. Este predicado de la ciencia y la tecnología implica la noción de una moratoria del pasado –el pasado ya no es pertinente, y tal vez esté muerto- y las ilimitadas alternativas accesibles en el presente. La filosofía social y sexual del asiento eyectable une el primer vuelo de los hermanos Wright con la invención de la píldora.

    No parece haber género mejor equipado que la ciencia ficción para explorar este inmenso continente de lo posible. Ninguna otra forma narrativa dispone de un repertorio de imágenes e ideas adecuadas para tratar el presente, y mucho menos el porvenir. La característica dominante de la novela moderna es su preocupación por el aislamiento del individuo, la atmósfera de introspección y alineación, un estado mental que se presenta siempre como si fuera la marca distintiva de la conciencia del siglo XX.

    Nada menos cierto. Al contrario, a mi juicio esta psicología procede totalmente del siglo pasado, e ilustra la reacción contra las presiones de la sociedad burguesa, el carácter monolítico de la era victoriana y la figura tiránica del pater familias parapetado en su autoridad sexual y económica. Se trata de una óptica resueltamente retrospectiva, obsesionada por la naturaleza subjetiva de la experiencia, y que además tiene como tema la racionalización de la culpa y el enajenamiento. Los elementos de esta literatura son la introspección, el pesimismo y la sofisticación. No obstante, si algo distingue al siglo XX es por cierto el optimismo, la iconografía del producto de masas, la ingenuidad, el gozo libre de culpa de todas las posibilidades de la mente.

    La modalidad imaginativa que se manifiesta hoy en la ciencia ficción no es nueva. Homero, Shakespeare y Milton inventaron otros mundos para hablar del nuestro. La acción de la ciencia ficción como un género separado, de reputación algo dudosa, es un fenómeno reciente y que está unido a la casi desaparición de la poesía dramática y filosófica y al lento deterioro de la novela tradicional, cada vez más dedicada a describir exclusivamente distintos matices de las relaciones humanas. Entre los temas que la novela tradicional ha descuidado, los más importantes son sin duda la dinámica de las sociedades humanas (la novela tradicional tiende a presentarlas como estáticas) y el puesto del hombre en el universo. Aún ingenua o crudamente, la ciencia ficción intenta al menos poner un marco filosófico o metafísico a los acontecimientos más importantes de nuestras vidas y nuestras conciencias.

    Esta defensa general de la ciencia ficción se debe obviamente a que mi propia carrera de escritor ha estado unido a ella durante unos veinte años. Desde un principio, cuando me volví por vez primera hacia el género, tuve la convicción de que la clave del presente está en el futuro, más que en el pasado. En esa época, sin embargo, no me satisfacía el apego convulsivo de la CF por dos temas principales: el espacio exterior y el futuro remoto. Tanto con propósitos emblemáticos como teóricos y de programa, di el nombre de “espacio interior” al nuevo territorio que yo deseaba explorar: ese dominio psicológico (y que aparece, por ejemplo, en los cuadros surrealistas) donde el mundo exterior de la realidad y el mundo interior de la mente se encuentran y se funden.

    Mi intención primera era escribir una obra de ficción sobre el mundo actual. En el contexto de la década del 50, cuando uno podía oír en la radio los primeros mensajes del Sputnik I, como la señal avanzada de un nuevo universo, este propósito requería unas técnicas completamente distintas de las utilizadas por el novelista del siglo XIX. Yo creía en verdad que si fuera posible borrar del todo la literatura existente, estando obligados a comenzar de nuevo sin ningún conocimiento del pasado, todos los escritores empezarían a producir inevitablemente algo muy semejante a la ciencia ficción.

    La ciencia y la tecnología se multiplican a nuestro alrededor. Cada vez más son ellas las que nos dictan el lenguaje en que pensamos y hablamos. Utilizamos ese lenguaje, o enmudecemos.

    No obstante, por una paradoja irónica, la ciencia ficción se convirtió en la primera víctima de este mundo cambiante que anticipó y ayudó a crear. El porvenir entrevisto por los autores de las décadas del 40 y el 50 es ya nuestro pasado. Las imágenes entonces predominantes, no sólo los primeros vuelos a la luna y los viajes interplanetarios sino también nuestras cambiantes relaciones sociales y políticas en un mundo gobernado por la tecnología, hoy parecen los enormes fragmentos de un decorado teatral desechado. 2001: Odisea del espacio comunicaba esta impresión de un modo particularmente conmovedor. Este film anuncia a mi juicio el fin de la época heroica de la ciencia ficción moderna. Los paisajes y el vestuario cuidadosamente concebidos, las maquetas espectaculares, me hicieron pensar en Lo que el viento se llevó; la epopeya tecnológica se transformaba en una especie de novela histórica al revés, un mundo cerrado donde nunca se permitía que entrase la luz cruda de la realidad contemporánea.

    Nuestros conceptos de pasado, presente y futuro necesitan ser revisados, cada vez más. Así como el pasado mismo –en un plano social y psicológico- fue una víctima de Hiroshima y la era nuclear, así a su vez el futuro está dejando de existir, devorado por un presente insaciable. Hemos anexado el mañana al hoy, lo hemos reducido a una mera alternativa entre otras que nos ofrecen ahora. Las opciones proliferan a nuestro alrededor. Vivimos en un mundo casi infantil donde todo deseo, cualquier posibilidad, trátese de estilos de vida, identidades sexuales, puede ser satisfecho enseguida.

    Añadiré que a mi criterio el equilibrio entre realidad y ficción cambió radicalmente en la década del sesenta, y los papeles se están invirtiendo. Vivimos en un mundo gobernado por ficciones de toda índole: la producción en masa, la publicidad, la política conducida como una rama de la publicidad, la traducción instantánea de la ciencia y la tecnología en imaginería popular, la confusión y confrontación de identidades en el dominio de los bienes de consumo, la anulación anticipada, en la pantalla de TV, de toda reacción personal a alguna experiencia. Vivimos dentro de una enorme novela. Cada vez es menos necesario que el escritor invente un contenido ficticio. La ficción ya está ahí. La tarea del escritor es inventar la realidad.

    En el pasado, dábamos siempre por supuesto que el mundo exterior era la realidad, aunque confusa e incierta, y que el mundo interior de la mente, con sus sueños, esperanzas, ambiciones, constituía el dominio de la fantasía y la imaginación. Al parecer esos roles se han invertido. El método más prudente y eficaz para afrontar el mundo que nos rodea es considerarlo completamente ficticio… y recíprocamente, el pequeño nodo de realidad que nos han dejado está dentro de nuestras cabezas. La distinción clásica de Freud entre el contenido latente y el contenido manifiesto de los sueños, entre lo aparente y lo real, hay que aplicarla hoy al mundo externo de la llamada realidad.

    Frente a estas transformaciones, ¿cuál es la tarea del escritor? ¿Puede seguir utilizando las técnicas y perspectivas de la novela del siglo XIX, la narrativa lineal, la mesurada cronología, los personajes representativos fastuosamente instalados en un tiempo y un espacio amplios? ¿El tema principal puede seguir siendo las fuentes pretéritas de un carácter o una personalidad, la lenta inspección de las raíces, el examen de los matices más sutiles puedan encontrarse en el mundo del comportamiento social y las relaciones humanas? ¿Posee aún el escritor autoridad moral suficiente para inventar un universo autónomo y cerrado en sí mismo, manejando a sus personajes como un inquisidor que conoce de antemano todas las preguntas? ¿Tiene derecho a dejar de lado lo que prefiere no entender, incluyendo sus motivos y prejuicios, y su propia psicopatología?

    Entiendo que el papel, la autoridad y la libertad misma del escritor han cambiado radicalmente. Estoy convencido de que en cierto sentido el escritor ya no sabe nada. No hay en él una actitud moral. Al lector sólo puede ofrecerle el contenido de su propia mente, una serie de opciones y alternativas imaginarias. El papel del escritor es hoy el del hombre de ciencia, en un safari o en el laboratorio, enfrentado a un terreno o tema absolutamente desconocidos. Todo lo que puede hacer es esbozar varias hipótesis y confrontarlas con los hechos.[…]
    J. G. Ballard